lunes, 21 de diciembre de 2015

Resultados del 20-D y posibilidades de investidura

El día clave al que muchos hacían referencia llegó y no dejó a nadie indiferente, sin duda. Una jornada electoral sin apenas sobresaltos, con una participación que iba de la mano de los datos de hace 4 años, que hacía entrever que el PP ganaría -como ya mostraban todas las encuestas-, pero con muchas dudas sobre los resultados de los demás partidos. 

El PP ha ganado las "elecciones" generales. Pero solo porque ha conseguido más escaños que los demás, ya que la sensación es de un partido que sigue sin encontrar la tecla con los millones de votos que ha ido perdiendo a lo largo de este 2015 electoral -5 han sido los comicios en este año: Andalucía, municipales y autonómicas de mayo, Cataluña y generales de diciembre-. La candidatura encabezada por Mariano Rajoy se ha dejado 3.6 millones de votos -10.8 millones en 2011 frente a 7.2 en 2015- y 63 diputados con respecto a las generales de 2011. Sin duda, las constantes traiciones al programa electoral presentado en las anteriores "elecciones" generales le han pasado factura al todavía actual Presidente del Gobierno de España. Es el peor resultado del PP desde 1989. 

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez
El PSOE ha conseguido su peor resultado en la era democrática. Nunca habían conseguido menos de 100 escaños. Y pese a estos datos, los simpatizantes socialistas recibían en la calle Ferraz a Pedro Sánchez al grito de "presidente, presidente". Bochornoso. Y aún siendo el peor resultado de su historia, tendría opciones de gobernar y echar al Partido Popular del Ejecutivo nacional. "Bendita democracia".

Pese a que la mayoría de las encuestas daban el tercer lugar a Ciudadanos, al final ha sido Podemos quien ha alcanzado esa posición, con 69 diputados, sumando las distintas coaliciones, como En Comú Podemos o Compromís. Sin duda son los verdaderos ganadores de estas elecciones. 

Por su parte, el peor parado en esta cita electoral ha sido Ciudadanos. Aspiraban incluso a quedar como segunda fuerza electoral, pero a última hora Podemos les ha adelantado y solo han conseguido 40 escaños -las encuestas menos favorables no bajaban de 50-. Las encuestas siguen fallando, como vemos en este caso. La imagen de Albert Rivera en el debate a cuatro celebrado el pasado 7 de diciembre ha podido pasar factura. La indefinición en momentos puntuales, también.

La composición del Congreso de los Diputados, por tanto, es la siguiente:


Un Parlamento multipartidista, que sigue la tendencia de las últimas legislaturas, donde PP y PSOE han ido perdiendo votos en conjunto a favor de otras opciones políticas emergentes. 

Una vez que se ha votado para la composición del Congreso, que es lo que se votaba este domingo-junto a la composición del Senado, que seguirá en manos del PP por mayoría absoluta-, toca ver las posibilidades de investidura para formar Gobierno. En un régimen parlamentario es el Parlamento -en el caso español, el Congreso de los Diputados- quien otorga su confianza a un candidato a la presidencia del Gobierno

Es el Rey quien propone el candidato que se somete a la primera sesión de investidura después de consultar “con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria”, como indica el artículo 99 de la Constitución. Ni la Constitución ni el reglamento del Congreso establecen que el Rey deba proponer al candidato de la lista más votada. Pero así ha sido en cada elección desde 1977, por lo que todo parece indicar que S.M el Rey Felipe VI propondrá a Mariano Rajoy.

A partir de aquí, 5 situaciones posibles:

1) Una primera votación, en la que el candidato propuesto debe alcanzar la mayoría absoluta (176 votos). La única opción de Rajoy es formar una gran coalición con el PSOE. Sin ese acuerdo, es imposible que el líder popular lograra 176 votos a favor. Ni siquiera si los diputados de Ciudadanos, Coalición Canaria y PNV votaran a favor de su designación. 

2) Si no se alcanzara la mayoría absoluta, se celebraría una segunda votación en la que sería necesaria la mayoría simple -más SÍ que NO- para investir al candidato propuesto. Rajoy conseguiría ser investido con los votos a favor del PP y la abstención del PSOE y Ciudadanos. 

3) Si PSOE o Ciudadanos votaran en contra y no se alcanzara tampoco la mayoría simple, el jefe del Estado debe proponer a otro candidato después de una segunda ronda de contactos con los partidos políticos. Lo lógico es que el segundo candidato propuesto fuera Pedro Sánchez. Se necesita una mayoría simple en la tercera votación -la primera con el nuevo candidato-. La mayoría simple del PSOE sería suficiente con los votos a favor de Podemos y la abstención del resto menos el PP, o con los votos a favor de Ciudadanos y la abstención de Podemos y dos partidos nacionalistas con más escaños, como ERC, DyL o PNV.

4) El Rey no tiene porqué proponer a un diputado o a un candidato a la presidencia del Gobierno. La ley lo contempla así: el candidato a la presidencia del Gobierno deberá tener pasaporte español, ser mayor de edad y no estar inhabilitado para ejercer un cargo público por una sentencia judicial firme. Se podrían barajar nombres importantes dentro del PP y del PSOE. Sería algo totalmente novedoso. 

5) Si dos meses después de la primera votación de investidura ningún candidato hubiera logrado la confianza del Congreso, el Rey debe disolver las cámaras y convocar nuevas "elecciones" que se celebrarían antes del verano de 2016. 

Por tanto, estas son las posibilidades que hay a partir de ahora, después de conocer los resultados del 20-D. Habrá que esperar a ver quien nombra el Rey como candidato a la presidencia del Gobierno y si éste consigue ser investido como tal. Si no, debemos prepararnos para unas nuevas "elecciones" generales en 2016. Y decíamos que se había acabado el año electoral...

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